- ¿Qué quiero lograr?
- ¿Qué acciones puedo realizar?
- ¿Qué recursos necesitaré?
- ¿Hacia quiénes me dirigiré?
- ¿Cómo me comunicaré?
- ¿Cuándo realizaré cada acción?
- Definir los roles: la comunicación involucra muchas actividades. Diseño, redacción, fotografía, responder comentarios, atender consultas, pensar nuevas ideas…. y la lista sigue. Para poder organizarla de forma eficaz y eficiente, es necesario dividir tareas y que cada persona sepa lo que debe hacer y cómo. También se puede determinar una jerarquía de supervisión para que las tareas sean evaluadas simultáneamente.
- Objetivos particulares y generales: si bien cada persona tendrá como objetivo su parte de la tarea, todo el equipo debe estar alineado al objetivo general para no enfocarse solo en el particular y desviarse.
- Plan de trabajo: se establece qué debe realizar cada persona, cómo y para cuándo. De esta manera, se pueden evitar confusiones.
- Comunicación fluida: todas las tareas se relacionan y es importante que la comunicación circule entre los distintos participantes y se ayuden mutuamente para lograr un mejor resultado. El buen clima de trabajo es clave para esto.