A todas las personas les gustan las historias. Desde tiempos inmemoriales, la humanidad se ha reunido a escuchar y contar historias. Un buen relato, contado de la manera más apropiada, puede generar más de una sensación en quienes lo escuchen. Y a la hora de hablar sobre nuestra organización, apelar a la emotividad de quien nos lee puede servir de herramienta para que más personas se sumen a nuestra causa y decidan colaborar de una u otra forma.
¿Y quién tiene más historias para contar que una organización social? Las organizaciones sociales ayudan a las personas en estado de vulnerabilidad y en ese proceso de ayuda y acompañamiento surgen cientos de historias sobre superación, realidades transformadas o vidas cambiadas.
Así como antes las historias se compartían oralmente y se escribían en libros, en la actualidad están las redes sociales, un canal gratuito y efectivo para contarlas. Este trabajo de «contar historias» es conocido como Storytelling y, en caso de realizarlo bien, las posibilidades de lograr lo que buscamos se vuelven mucho mayores.
El desafío está en poder obtener los testimonios apropiados de las personas adecuadas, transformarlos en una historia que refleje la misión y los valores de la organización y que al mismo tiempo toque alguna fibra sensible de quien nos lea o escuche. Por ejemplo, luego de un video publicado en nuestra cuenta de Instagram o Facebook, se podría compartir el link de la organización en Donar Online para que puedan realizar una donación. Las donaciones podrían llegar a incrementarse considerablemente si quienes nos siguen dimensionan a través de un relato emotivo lo importante que es la labor que se hace desde la organización social
Como sabemos que no es nada fácil lograr establecer un vínculo con quienes nos siguen a través de esta herramienta, te dejamos algunos tips para que puedas contar una buena historia:
Introducción atrapante
Los primeros segundos del video son los más importantes porque van a definir si quien nos sigue va a continuar viendo el video hasta el final o no. Recomendamos que sea intrigante y que genere una pregunta en quien lo esté viendo que sólo pueda ser resuelta si se continúa con el video.
Escribir el guión en primera o segunda persona
Esto permite un estado mayor de inmersión en la historia dado que podemos ponernos en el lugar de quien la protagoniza.
Ser lo más descriptivo posible
Los detalles, las descripciones sobre lo que el protagonista ve, escucha, huele y siente quien protagoniza nuestra historia hacen que sea más fácil sumir a quien nos lea en lo que le estamos contando.
Duración
Los videos no deberían durar más de un minuto. Una duración recomendable es de treinta segundos.
Mantener la intriga hasta el final
Como dijimos antes, la introducción es lo más importante de la historia y debe resultar intrigante para quien la lea. Esta sensación de intriga que vamos a generar al principio debemos poder sostenerla hasta el final del video, hasta su desenlace, para evitar que quien lo esté viendo lo abandone a la mitad.
En resumen, recomendamos el Storytelling, ya que es una herramienta que nos permite contar quiénes somos, qué hacemos, en qué creemos, y, además, nos permite aumentar nuestros recursos al hacerlo. Todo con contar historias.
Por Manuel Lacarra para Wingu
Imagen por You X Ventures para Unsplash.